miércoles, 15 de julio de 2015

Todo de golpe

Y te sueño, sin pedir permiso, porque no me parece prudente pagar el peaje por hacerte dueño de mi subconsciente. Sin remordimientos, porque no me parece adecuado que luego empiece a creer en que existe la reencarnación y debo pedir perdón por abrazarte en esta vida. Por más que duelas, ahora tan lejano, pienso (porque a eso me dedico ahora, a pensar) en el día de mañana que traerá un nuevo sol. Lo hago sin pedirle mucho a la vida, no con hábito conformista pero esperando que pienses en tu, yo, en la vida misma ... y todo de golpe, desordenadamente pero en la misma oración. Ando sin prisas, atesorando cada instante como si fuera el último, tampoco por conformista sino por aprovechar este momento único tan condenadamente irrepetible que, en lo que respecta a tu beso, podría preparar un escenario similar,pero lo guardaría en una cajita para tenerlo cuando me faltes, por h o por b. Y en fin, por todos los que nos debemos, te besaré alto, y bajito y muy fuerte, para que se te quede mi aliento en todas las partes de tu cuerpo.

martes, 14 de julio de 2015

Antes la vida pasaba

Y fíjate ahí estaba yo, como si conmigo no fuera, mientras la vida pasaba en una ciudad tan llena de gente que incluso costaba respirar. Apareciste sin decir nada, tan silencioso y con la sonrisa puesta (a sabiendas de tus efectos secundarios). Empecé a adolecer de todo, me dolían las neuronas de tanto pensarte, hasta las manos de tanto no recorrerte, de los viajes infructuosos, de los que si dieron fruto, de los que aún faltan por emprender, ciega y perdida tu luz me daba el norte o el sur, y pensabas en todo... en mañana y en todo lo que una sueña que el príncipe piense. Tuve miedo, porque mis convicciones, mis más profundos sueños eran los tuyos, exactamente los tuyos, eso pasa solo en las películas me dije adentro pero te seguí... con la fuerza de los vientos contrarios, segura de que estabas en mi propia barca no creí en tormentas, empecé, absolutamente a creer en ti.

jueves, 9 de julio de 2015

La lluvia, el mar y tú

Y vienes, a poner un poco de freno a esta vida rápida, que se escapa de pronto, sin darnos el tiempo preciso para sacar los paraguas frente a la lluvia impertinente de este jueves. Empiezo a creer que se iluminan círculos oscuros, que yo ni sabía existentes. Hablamos del pasado, como dos muchachos, obviamos darnos las manos, a sabiendas de que hoy puede ser el “ya no más”. Con idéntica resignación descorremos cortinas imaginarias, acaso por tu cálido roce, acaso por tu beso mágico empiezo a entender que sí, que existen significados para absolutamente todo, que la vida no se detiene porque no estés preparado, que el río sigue su cauce porque anhela encontrarse con el mar.

martes, 7 de julio de 2015

Aquí estás

Empiezo a entender los principios, dulce momento, en que todo comienza. Sin accionar interruptores enciendes mis luces con ese don tan tuyo de aparecer de improvisto, ahora, cuando más te precisaba en mis añoranzas y en mis ultrasecretísimos anhelos. No es como si fuéramos animales, no es como si dependiera absolutamente de tu respiración junto a la mía, ni de tu aire para descontaminar el mío, no es como si el mar fuera menos azul, ni el amanecer menos esperado pero sí, rotundamente, no pienso darle vueltas: te esperaba desde ayer, desde el último siglo mi ciudad se despertaba más temprano, recorriendo todos los rincones, buscando en todas las canciones alguna pista de tu paradero exacto. De pronto, como siempre sucede, sin pedir algún permiso te dignas a recorrer mis orillas, y sonrío para mis adentros... sabedora de que esa sonrisa puede llegar y derrumbar todo lo que he construido para crear lo que suelo llamar estabilidad emocional. A sabiendas de efectos nocivos, de desgaste físico también esta madrugada, dejaré la ventana abierta.

lunes, 6 de julio de 2015

Sin garantías

Y la vida se iba despacito, también este lunes, como para convertirlo todo en un letánico sufrimiento como si no fuera suficiente la espera, los adiós y los "no puedo". Se encontraban sin premeditarlo mucho, se desvestían como si en eso desenterraran un recuerdo pasado, de alguna otra vida donde también se besaban mucho, hasta que los labios y las pieles ardían de delirio. El pelo suelto, cayendo a propósito sobre la espalda, los labios, las mordidas, los recuerdos de lo que sucederá mañana contaminaban atmósferas, acaso sin pedir permiso, porque para el amor no se pide permiso. Y la pasión llenaba la casa, enrareciendo todo y haciendo florecer los lirios de mis sueños. Como quien sabe los efectos secundarios que causa no prometiste nada y lo peor, me gustó así, sin papeles firmados ni garantías de un happy end.

jueves, 2 de julio de 2015

Salvarte

Te avizoraba desde el mástil de mi barca, y yo que te creía náufrago. Querer salvar a alguien NUNCA es sinónimo de que puedas hacerlo... juegan muchos factores en ese macabro ardid del destino cuando te quieres convertir en superheroína, cuando quieres dibujar sonrisas en labios ajenos. Quise regalarte el mar, aunque no lo habíamos visto juntos, no cerca de mis realidades cotidianas. A sabiendas de tus efectos secundarios, de todo lo que implica despertar y que no estés... desde esta orilla, suplico que me dejes llevarte de la mano, que me dejes morderte los sueños y que no te apartes nunca de este lado izquierdo.