martes, 14 de julio de 2015

Antes la vida pasaba

Y fíjate ahí estaba yo, como si conmigo no fuera, mientras la vida pasaba en una ciudad tan llena de gente que incluso costaba respirar. Apareciste sin decir nada, tan silencioso y con la sonrisa puesta (a sabiendas de tus efectos secundarios). Empecé a adolecer de todo, me dolían las neuronas de tanto pensarte, hasta las manos de tanto no recorrerte, de los viajes infructuosos, de los que si dieron fruto, de los que aún faltan por emprender, ciega y perdida tu luz me daba el norte o el sur, y pensabas en todo... en mañana y en todo lo que una sueña que el príncipe piense. Tuve miedo, porque mis convicciones, mis más profundos sueños eran los tuyos, exactamente los tuyos, eso pasa solo en las películas me dije adentro pero te seguí... con la fuerza de los vientos contrarios, segura de que estabas en mi propia barca no creí en tormentas, empecé, absolutamente a creer en ti.

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