martes, 10 de marzo de 2015

Y no apareces

Y me senté en una orilla, a ver si me dabas el desvelo de pasarte por estos contornos... pero no pasaste. De hecho nunca lo hiciste antes cuando yo en serio quería que pasaras. Ahora que todo se ha ido, me siento aquí.... a esperar la primavera del 21 o la luna prometida porque la tierra se quedó en la página dos o tres... en fin en aquella página olvidada aunque había remarcado los bordes para no olvidar tus citas de promesa. Me dejaste sola después de todo, cómo si fuera permisible dejarme sola en el mundo de los vivos, lleno de sombras y de malos augurios, de promesas rotas y de un sinfín de desacuerdos miserables. Preferí 1000 a 1 irme con vos, pero no me diste el desvelo de aparecerte y me conformé con quedarme con las pequeñas cosas y por supuesto con ninguna constancia opté por mirarme a mí misma, trasvestida por la nebulosa de las olas que chocan ahora, incensantemente, contra esta roca.