miércoles, 13 de agosto de 2014

Chocolate

De todos los sabores, el chocolate me llegaba, como una suerte de elíxir para cambiar mis estados humorales. Luego, apareciste, con ese artilugio tan tuyo de aparecer y desaparecer. Ahora ya no sé si estás o no pero te recuerdo cuando miro, como por descuido en media noche, al 50% de la cama. Te lloro, en silencio, con un recurso tan mío que parece un plagio o la copia burda de una película silente. No tenía yo las razones suficientes para convencerte en medio de tempestuosas malas interpretaciones me quedé sin el helado, sin tus labios, sin ti. Aprendí a sonreír a medias, para que en apariencias, el mundo creyera que todo estaba bien. A ti no puedo mentirte, tú conoces mis escudos y rompes mis barricadas. Antes competíamos en el mismo equipo y en un beso me robabas el chocolate.

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