miércoles, 25 de diciembre de 2013
No voy a morderte
He prometido no hacerlo. Aunque a veces suele tornarse complicado cumplir con un compromismo predicho. Pero levanto bandera blanca y a pesar de las constantes invitaciones, contengo mis instintos de caníbal. La misma puñetera vida me invita al milagro, a la dádiva de degustarte pero contengo antojos y sonrío para mis adentros, amargamente y tragando en seco, sonrío después de todo. Si llegas a mi fiesta de amor, te advierto, no cumpliré la sugerencia del poeta. ¿Por qué llenarte de caricias? Te cubriré de lo que no esperas, al menos en sueños. En la parte más nítida de mis realidades soñadas, pongo una mordaza, un bozal a las ansias locas que me regresan a la infancia de dientes afilados donde no ponía freno a mis emociones e incumplía promesas por desconocer significados preestablecidos. Ignorándolo, o a sabiendas, vuelves lobo a esta caperucita insaciable.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
hum, será acaso reprimir el camino? muerde loba, muerde, no hay nada mejor que ser uno mismo, besis niñi, el negri
ResponderEliminarA causa de mis vestidos rotos
ResponderEliminarde mis estrellas fracturadas
de mis paisajes eternamente cosidos al recuerdo
alunizan tus avispas de seda buscadas en el aire
lo que no nace adentro
capitombe tuyo y mío, toca
nos toca, tocamos? sus flores
su rodante cielo aburrido
ahora nuestro tomados de la mano.
La boca no tiene peso
si reparte ideas sin mentir
antes antes antes.
Que no se diga nunca
que mi boca, que tu boca
sin palabra mentida
elige tarde un algo, un beso
muerde.
Morder lo breve
lo nuestro mordible, querible
en cremalleras, en bastillas
en los botones estampados de las blusas
en la seda silenciosa del bostezo
Cuando nadie, cuando nada quede
muerde muerde muerde mis atados
sin siquiera tornar algo de vida
a tu vida que es mi vida devuelta sin vivir
vida de avispas en el aire
seda de vestido no buscado
jamás encontrado al fin
en la carrera de vivir en tu carrera
mía, tuya y mía.
Ironbeer