viernes, 28 de febrero de 2014

Ticket de entrada para dos

En la pronunciación de la palabra distancia no hay cómo poner énfasis en el dolor ni en las tristísimas noches de quince años, cinco meses y quince días en la frialdad de una celda. Pensar en su Rosa, tal como sucedió con el principito podía representar un alivio después de los adiós y “hasta la próxima visita” con las manos sobre la mesa, donde puedan verse, con tiempo limitado. Cuán triste el papel del reloj, en vano procurando poner freno a un sentimiento. Ayer se miraba en un espejo, preparando su mejor sonrisa para el rencuentro. HOY inevitablemente las lágrimas, ya no por despedidas ni por rígidos reglamentos. Cuantas veces Rosa Aurora y Fernando, Magalys y Fernando, Cuba y Fernando, en diferentes meridianos y paralelos soñaron con el regreso. Este 28 de febrero es un pretexto para el nuevo comienzo. Amaneció lloviendo en La Habana, pero ahora nubarrones de borrascas se despintan lentamente. Se va el gris y con tickets de entrada para dos, el cielo se llena de luz.

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