viernes, 27 de febrero de 2015

Mariposas

Y luego empiezas a preguntar ¿por qué te tatuaste una mariposa? En primer lugar, como llegué a este sitio donde tatuarse es casi un deporte, donde eres completamente arrítmica si desprecias las marcas sempiternas, las ataduras definitivas. Este es un lugar de contrastes, lo que está bien aquí ya pasa de moda en la otra esquina. No tengo justificaciones de todos modos para mis repentinos cambios de humor ahora que con añoranza miro los barquitos que pasan aunque su destino final no sea mi aldea. La mariposa me devuelve la paz, la miro ahí tan lejos de mis pensamientos y empiezo a hallar el sosiego en esta convulsa ciudad de semáforos apresurados, de dudas contrariadas y de miradas subversivas.

lunes, 23 de febrero de 2015

Mute descontrolado

No pude entender tus paranoias acaso premeditadas, acado destapadas con toda intención, maquiavélicos propósitos de hacernos uno. Yo empecé a odiar el color verde, en la misma medida en que me recordaba que en cualquier circunstancia era mejor quedarme con aquel reflejo. Las mariposas me recordaron la ausencia prolongadísima de la primavera y juntos jugamos al invierno, al supremo instante de volvernos uno siempre y cuando no aparezca el Sol. El arco iris fue el remanente, acaso el enigma eterno o el compromiso renovado de que no destruirás más mis límpidos senderos. Te grito alto y me duele, en esta orilla, que te hagas sordo a mi canción de cuna: aburrida y desafinada toda vez que se convierte en súplica silenciosa, y en mute descontrolado.

miércoles, 4 de febrero de 2015

... y te maldigo

... Y te maldigo a todas horas, antes de bajar banderas en este combate nuestro. Primeramente, redoblaré mis esfuerzos con tal de que te rindas primero. Infructuosamente procuraré no mirarte de frente, so pena de que ceda ante ese embrujo que conozco pero del que hasta hoy no encuentro antídoto y eso que te conozco de memoria.. y te voy conociendo más a medida que pasan los días. Me arden en alguna parte de adentro tus momentos indiferentes, los instantes en que supongo vas a mirarme fijo con tu mirada de hombre, con tu perfil NO griego. Maldigo tu sonrisa por propiciar mi locura, por conducirme desde los senderos fríos, desde las remotas épocas hasta esta actualidad que se me vuelve calvario porque te alejas de todo, de todo lo que respiro, lo que me circunda y ya ni sé si anhelo.