miércoles, 29 de octubre de 2014

De las orillas, el aire... y de ti

En esta playa te extraño tanto que me duelen los huesos y me arden los pensamientos que no llego a pronunciar. Se demoran los días y no apareces en las casualidades de mi día a día. Merecido tributo te rinde la lluvia, y no me decido a salir a mojarme por ti. Los espejos de mi vida no reflejan tu ausencia prolongadísima, tan larga que pierdo la noción entre el tiempo en el que estabas y el día en que dijiste adiós. Me quedo con los mejores recuerdos, tan míos, tan tuyos... Te empiezo a odiar a todas horas. Luego procuro arreglar mis desatinos sentimentales y pornerle otro nombre a mis represalias: NO ES EL ODIO EL ANTÓNIMO DEL AMOR, ES LA INDIFERENCIA. Se vive mal en esta orilla, se me hace díficil el aire sin ti, irrespirable, contaminado cuando tú estás pero taaaaaan fresco que a propósito le dejo despeinarme mientras te espero y no llegas, las olas vuelven y se burlan.

martes, 28 de octubre de 2014

Pensamientos de ti

Me cansaré de esperarte. Un día, que no defino todavía, moriré de tedio aquí sentada entre tanto que no llegas, entre tanto que demoras y me remuerdo por tus desplantes. De todas las cosas elijo ser más que un beso, un pensamiento es menos que que un tatuaje. De noche, cuando no lo esperes, arremeteré contra tus volcánicas llegadas, a tiempo siempre para zarandear mi tranquilidad. Se las llevó el viento, una por una tus palabras. Te espero donde no piensas que te espere, en secretos bien guardados y en la tranquilidad impetuosa de las olas chocando contra aquel malecón. No tienen de otra, chocan, con una letanía insoportable que parece inercia incontrolable. Ahora llueve, agónicamente, y lo peor es que me voy conformando a estar sin ti. Los recuerdos también mueren, al menos cuando yo muera se irán conmigo para que no puedan sufrirte mis generaciones posteriores.

martes, 21 de octubre de 2014

En el secreto de la rosa: TE QUIERO

Como al eslabón perdido, en un acceso de cólera Darwin nos encontraría o terminaría por aceptar al cristianismo, del modo conformista en que acepto que te has ido. A otras galaxias que se alejan de mi día a día. Me alegro de que te pierdas la contaminación de las guaguas y la lluvia impertinente que me cae en la cara, incluso dentro de la guagua, mientras te extraño hasta llegar a lo absurdamente mediocre que resulta de cuando extrañas a quien no está. Por más que yo quiera nunca podrás regresar, pero te quedas en todos lados y aquí, tan adentro y tan en serio que se me acaban las palabras. Imperdonable que me pase, soy periodista abuelo, o al menos hago el intento. Te quiero alto y lo digo sin mirarte a los ojos, no porque mienta, sino porque no te veo. Me doy cuenta de que me faltas sobre todo cuando intento (y muchas veces fallo) ser el reflejo de lo que querías. Ahora conozco el secreto de la rosa, soy responsable por lo que querías que fuera.

sábado, 18 de octubre de 2014

Propuesta

Y aquí estás, tan cerca que pudiera hasta respirarte. De muchas formas y de todas las maneras posibles. Respirarte... aunque palidezco por súplicas olorosas. Tú conoces mis medidas y aflojas mis cordilleras, el mar es testigo mudo aunque le imploro que cuente, para que no me crean loca, de la tarde en que te lloré bajito, sin medidas tintas y simplemente llorando, como quien no busca nada buscándote entre tanta neblina, entre las nubes y al final de la guerra. Quedé ciega, enojada con el Sol sin ti pero contigo, de las muchísimas maneras en que se puede ser de alguien sin serlo, a sabiendas del error que no cometo, trago en seco ante la propuesta y lejos... como en un recuerdo, tu barca se aleja de mi puerto.