martes, 21 de enero de 2014

Ganar o perder

He visitado el estadio Latinoamericano. Ha sido una experiencia como pocas, de las que siempre esperé y no por ansiado el momento fue menos emocionante. Podrá parecer incluso rídiculo a quiénes no profesen amor por una camiseta, a los que son indiferentes a los resultados de un equipo. Ganar o perder, yo creía que en eso se resumía todo en un estadio de pelota. Hasta 2010 cuando en otro escenario, con el telón de fondo de una ciudad enardecidamente naranja abandoné mi idea. Un imponente cartel da la bienvenida a las gradas del Latinoamericano, aunque es díficil "bienvenir" a alguien vestido de color naranja a un lugar así, con un Yuliesky Gourriel en patio ajeno como yo, acomodado en la tercera almohadilla como si hubiera defendido el color de azul desde su incursión en Series Nacionales. Ganar o perder, esa es la cuestión para Yuli, lo era para mí y para muchísimos más que copaban el graderío. Ganar o perder, ¿símil de la vida?

jueves, 16 de enero de 2014

El lugar más parecido al cielo

Hace poco un amigo me convidó a caminar por el cielo. Quiénes lean por primera vez este blog, hasta aquí quizás puedan pensar que me convidaba al sexo desenfrenado de los "sin compromiso", a las "descargas habituales" entre la juventud de hoy. Bajo una lluvia pertinaz bajé mi cabeza, cumpliendo pronósticos, para mirar el lugar reservado por el presidente republicano José Miguel Gómez (tiburón se baña pero salpica). Caminé con fervor religioso lo aseguro, como si estuviera andando por una pradera. La quietud del lugar final me transportó a lugares que no visité y a historias inventadas o leídas tantas veces que terminas agregando algo. Por supuesto, conocí a La Milagrosa, y comparé las dimensiones en cuanto a extensión de aquel sitio con mi añorada Sagua. En definitiva no importa quien tú seas, todos tendremos idéntico final, aunque hayas sido guerrero, obispo o mendigo . Y aunque "literalmente" no visité el cielo, con ángeles incluidos aquel cementerio fue, en la tierra de los vivos, el lugar más parecido.

martes, 7 de enero de 2014

Mi Lawton personalizado

Cuando escuché hablar de Lawton, rebusqué en los lugares más secretos de mi (des)memoria, que a veces parece centenaria. En uno de los lugares más secretos recordé que Camilo Cienfuegos había nacido allá y si no lo hubiera rememorado, de todas formas una señora que viajaba a mi lado en la guagua (ruta 174) se encargó de refrescármelo con su sarcasmo: - “Si Camilo viviera, el transporte para Lawton estaría mejor”. - Señora, no sea ingenua.- replicó alguien a quien no habíamos incluido en nuestra charla y argumentó: “Camilo no viviría en Lawton”. Ella sonrió irónicamente y comenzó a lanzar maldiciones en voz queda dirigidas los que se meten en conversaciones ajenas, que en sus tiempos eso no era así, que la educación se ha perdido y otras muchas cosas que ya no tienen que ver con esta crónica. Ahora que al parecer voy a vivir en Lawton alterno caminos para llegar a casa todos los días. La barriada está llena de contrastes. De un lado populosas calzadas, del otro: solitarios caminos que no conducen a Roma, por más que cierre los ojos y trate de imaginar en alguna parte un fastuoso coliseo. Hay un Lawton en Oklahoma que debe alejarse, por lo frío digo, del calor humano que respiro en el de Diez de octubre. Gracias a Google, ¡!!tan fantástico él!!!! me entero de que aproximadamente a seis kilómetros del epicentro habanero se encontraba la finca de Don Fernando Batista. Su secretario, de apellido Lawton, lo convenció para que vendiera sus terrenos a la Compañía de Ferrocarril. Con la comisión que ganó por esta venta, adquirió las fincas que colindaban con lo que es hoy la calle B, (cerca de mi casa por cierto) y estas pasaron por el proceso de ¿urbanización? favorecido por la compañía de tranvías. No me quejo, Lawton no es el fin del mundo. Al menos está en La Habana ¡!caballeros!!

lunes, 6 de enero de 2014

Abrazar es saludable

He leído, en un foro bien rosado por cierto, que las persoans precisan de tres abrazos diarios para sobrevivir. La gente muere entonces, lentamente, en esta parte del mundo(la que yo conozco)donde nadie tiene tiempo para abrazar a un amigo. Por eso, reclamo los que me tocan a quien ofrezca otorgarlos. Que no es un trabalenguas y si una necesidad inviolable, y después de lo leído en el foro (algo que prefiero creer) incuestionable. No sé en que se basan esas encuestas fresitas pero tengo por seguro que es divinamente reconfortable sentirse abrazado. Las personas se ponen limitaciones y las ponen a otros, como si se pudiera seguir imponiendo... alzar los brazos y rodear a otro se vuelve un dilema porque no alcanzan las 24 horas para tanta "bobería". Difiero completamente y exhonero a los que abrazan, si de mi dependiera, y si la justificación resulta la escasez de tiempo... otorgo otras 2 horas para los abrazos, para que las personas no se nieguen, no dejen de darse. Y es que abrazar es completamente natural, a prueba de agua, sin prisas, para todas las tallas, incluso unisex y no exige comprobantes. Debe ser bueno para el sistema inmunológico del cuerpo, por sentirnos a salvo en los brazos del otro. Probablemente su único problemita sea que crea adicción y tiene efectos secundarios.